08 Nov
08Nov

¿Cuántas veces nos ha pasado, que intentamos comer más sano, pero luego llega el fin de semana y lo echamos todo por la borda por salir fuera a comer? Pues no te preocupes, porque también podemos comer bien en un restaurante (bar de tapas o lo que sea). Solo hay que intentar seguir las siguientes pautas.

En primer lugar, si podemos elegir, intentemos buscar un local cuya oferta sea saludable y de calidad, o que por lo menos que en el menú o carta haya platos saludables que puedas comer. En este caso lo mejor es evitar los buffet libre (si no es posible te recomiendo este artículo), restaurantes de autoservicio o los locales de comida rápida o fast food.

En ocasiones, el estómago se apodera de nosotros, por ello, lo mejor es intentar no ir con hambre de comerte una vaca entera. Desayuna y almuerza si es necesario, ya que nuestras elecciones no serán tan precipitadas.

Si acudes en compañía, aprovéchala. La hora de la comida no es solo para comer (que también), sino que es un buen momento para interaccionar con esas personas que te rodean. Disfruta de la compañía y de las conversaciones que van ligadas a ella. Disfruta también del ambiente que además te rodea, de las vistas si las hay, de los sonidos que te rodean etc. Todo esto hará que comas con más tranquilidad dando tiempo a la señal de saciedad de avisarte a tiempo de que ya es suficiente.

Antes de precipitarte y pedir lo primero que veas, tómate un tiempo para leer bien la carta y ver con tranquilidad las opciones de las cuales dispones. Si es posible, por norma general, los platos más sencillos son la mejor opción.

¿Qué pasa con son aperitivos y entrantes? Intenta evitarlos, ya que suelen ser poco saludables y bastante calóricos, además de contener gran concentración de sal. Como por ejemplo las patatas, frutos secos fritos, quesos, embutidos...

Entramos ya en los platos. De primero: verdura ¡No te olvides nunca de ella! Da igual su formato, en ensalada, cremas, asadas, a la plancha, en gazpacho...

¿Y de segundo? Una fuente protéica saludable, como carne, pescado, marisco, huevos o legumbres. Por otra parte, si nos apetece más, también podemos elegir algún cereal (y en caso de ser posible si versión integral integral), como pasta, quinoa, arroz (también la paella en una buena opción).

Evita las preparaciones fritas o los rebozados, tienes un montón para elegir (horno, plancha, brasa, vapor, hervido, al papillote, wok...). También las salsas, en caso de pedir una preparación con ella, mejor que la traigan a parte. Y con los aliños igual, pídelos a parte (un poco de aceite de oliva (AOVE si hay) y vinagre (si te gusta).

¿Y de beber? Agua, es lo único que te va a calmar realmente la sed, además no tiene azúcares añadidos. En caso de apetecerte un refresco, mejor su versión sin azúcar; o si te apetece cerveza, su versión sin alcohol. También podemos optar por agua con gas y limón o alguna infusión con hielo.

Y como no, ¿nos entra postre? Fruta la mejor opción de todas, y sino yogur o cuajada (si existe su versión sin azúcar). También existe la posibilidad de que lleguemos al postre y no nos apetezca, en este caso podemos pedir una infusión.

Y por último y más importante: escucha tu cuerpo, él te dirá cuando estás saciado y tienes suficiente, no lo fuerces. En caso de no poder, no es obligatorio que rebañes el plato, no pasa nada si te dejas comida.


Resumen:

  1. Restaurantes con opciones saludables.
  2. No ir con ganas de comerte una vaca entera.
  3. Disfruta de la compañía y el ambiente que te rodea. No comas con prisas.
  4. Lee la carta atentamente.
  5. Evita los entrantes si es posible.
  6. De primero verdura.
  7. De segundo proteína y/o cereales (integrales mejor).
  8. Evita frituras y rebozados. Salsas y aliños a parte.
  9. Para beber agua
  10. Como postre fruta o lácteo sin azúcar. Infusión si no te apetece.
  11. No es necesario rebañar el plato, cuando no quieras más, déjalo.

Y por último, un día es un día, y de vez en cuando también podéis tirar la casa por la ventana y daros un capricho, comer una pizza, un menú de comida rápida o tomarte de postre el browne con helado y sirope. Pero sin llegar a conviertirse en lo habitual ni en una costumbre.

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